Leucemia Felina: ¿Qué es y Cómo se Transmite?
La leucemia felina es una enfermedad común entre los gatos que puede causar serios problemas de salud. En este artículo, exploramos qué es el virus de la leucemia felina (FeLV), cómo se transmite y cómo puedes proteger a nuestro gato.
¿Qué es el virus de la leucemia felina (FeLV)?
El virus de la leucemia felina es un retrovirus que afecta a todos los gatos domésticos y algunos felinos salvajes, como el lince.
Este virus está formado en su núcleo por ARN de cadena simple. Al ingresar a las células del gato, este ARN se convierte en ADN y se integra en el genoma del hospedador, donde se replica y causa infección. Cuando el virus se integra en el ADN del huésped, se le llama “provirus”. En esta fase, el virus se replica dentro del organismo, dando inicio a la enfermedad.
En algunos casos, este tipo de virus puede convertirse en un «retrovirus endógeno«, lo que significa que ha pasado a formar parte del genoma del huésped y se transmite a las células hijas.
Estos retrovirus endógenos o heredados son secuencias de ADN que se encuentran en todas las células de los gatos. Esto lo que indica es que la infección original sucedió en un ancestro común a todos los gatos actuales. En muchos casos, los genomas virales han mutado tanto que no pueden replicarse ni producir la enfermedad.
Sin embargo, si un retrovirus endógeno interactúa con un retrovirus exógeno (externo), puede dar lugar a una nueva variante patógena y producir la enfermedad. Existen cuatro subtipos del virus de la leucemia felina: A, B, C y T.
El subtipo A está presente en el 100% de los gatos infectados, y los otros subtipos surgen por mutación o combinaciones con el subtipo A.
¿Cómo se transmite la leucemia en gatos?
El FeLV se transmite principalmente mediante contacto estrecho entre gatos, especialmente a través de secreciones corporales como saliva, secreciones nasales y oculares, orina, leche materna y a veces a través de la placenta.
Esta transmisión también puede ocurrir cuando los gatos comparten comederos o bebederos, durante el acicalamiento mutuo, o por mordeduras. Aunque es menos común, el virus también puede transmitirse mediante instrumentos contaminados o, en raros casos, a través de pulgas que lleven sangre de un gato infectado a uno sano.
Las gatas gestantes o lactantes pueden transmitir el virus a sus crías a través de la placenta o la leche, lo que puede provocar abortos o nacimientos de gatitos débiles. Solo el 20% de estos gatitos infectados sobrevive, y los que lo logran suelen ser virémicos persistentes, es decir, portadores crónicos del virus.
Es importante saber que el FeLV no sobrevive mucho tiempo fuera del cuerpo, ya que es muy vulnerable al calor, la sequedad, el jabón y otros productos de limpieza. Debido a esta fragilidad, el virus no se transmite a través de objetos y no es necesario hacer una cuarentena en el hogar donde estuvo un gato con FeLV antes de introducir a un nuevo gato.
Fases de la Leucemia Felina
Una vez que el virus infecta a un gato, el desarrollo de la enfermedad dependerá de su sistema inmunológico:
- Gatos inmunocompetentes: Aquellos con un sistema inmunológico fuerte pueden detener la propagación del virus, limitando los síntomas a la cavidad oronasal.
- Gatos inmunocompetentes: Estos gatos tienen el sistema inmune débil y pueden desarrollar una de las siguientes condiciones:
- Leucemia Transitoria: Este tipo de infección dura aproximadamente 3 semanas. Durante este tiempo, el gato puede contagiar a otros, pero su sistema inmunitario finalmente elimina el virus.
Después de superar esta fase, el gato desarrolla cierta inmunidad contra futuras infecciones del FeLV. Sin embargo, se recomienda vacunarlo anualmente para fortalecer y mantener su inmunidad. - Leucemia Persistente: En este caso, la viremia (presencia del virus en la sangre) persiste más de 3 semanas.
El sistema inmunitario del gato no puede eliminar el virus, que se disemina por la sangre y los tejidos, convirtiéndolo en un portador altamente contagioso. Estos casos, que representan alrededor del 30% del total, tienen un pronóstico reservado, ya que la infección suele progresar. - Portador Latente: En esta forma de la enfermedad, el virus desaparece de la sangre, pero permanece en la médula ósea, donde queda en estado latente. Aunque el virus no es contagioso en esta fase, puede reactivarse si el gato sufre una bajada de defensas, estrés, recibe ciertos tratamientos médicos, etc.
- Leucemia Transitoria: Este tipo de infección dura aproximadamente 3 semanas. Durante este tiempo, el gato puede contagiar a otros, pero su sistema inmunitario finalmente elimina el virus.
Síntomas de la Leucemia Felina
En las primeras etapas de la infección por FeLV, los síntomas suelen ser generales e inespecíficos, como fiebre, decaimiento o pérdida de apetito. La duración de esta fase varía según el estado inmunológico del gato y la cantidad de virus a la que haya estado expuesto.
A medida que la enfermedad progresa, pueden surgir síntomas más específicos, como:
- Problemas respiratorios
- Palidez de las mucosas debido a la anemia
- Aumento en la ingesta de agua
- Ingesta de la arena de la bandeja
- Picor facial
Es importante estar atento a cualquiera de estos signos y actuar rápidamente para consultar con el veterinario.
El 20% de los gatos que portan el virus desarrollarán neoplasias, principalmente linfomas. Aunque es difícil predecir cuándo aparecerán, se ha observado que en gatos más jóvenes el desarrollo de tumores suele ser más rápido. La vacunación ha contribuido a reducir la incidencia de linfomas asociados al virus de la leucemia.
Otra complicación grave del FeLV es el síndrome de inmunodeficiencia, que afecta el sistema inmunológico al replicarse dentro de las células linfáticas. Esto aumenta la vulnerabilidad del gato a infecciones respiratorias, de piel, boca, y ojos (conjuntivitis), así como a problemas urinarios, anemias, y enfermedades graves como neumonía.
Otros síntomas que pueden aparecer incluyen cambios de comportamiento, vocalizaciones inusuales, pupilas de distinto tamaño y enterocolitis. Según el órgano o sistema afectado encontraremos diferentes cuadros clínicos.
Actualmente, no existe una cura definitiva para la leucemia felina. Sin embargo, hay tratamientos paliativos que pueden mejorar la calidad de vida del gato, controlando los síntomas y dándole más tiempo de vida en condiciones estables.
¿Cómo sé si mi gato tiene leucemia?
Existen varias pruebas de laboratorio para detectar el virus de la leucemia felina (FeLV), siendo los test rápidos ELISA los más comunes en consultas veterinarias. Estos test no solo detectan el FeLV, sino también el virus de la inmunodeficiencia felina (FIV), y son muy útiles debido a su alta sensibilidad y especificidad.
Los test ELISA identifican antígenos específicos en la sangre del gato y ofrecen resultados rápidos. Sin embargo, en algunos casos (especialmente en gatos portadores), puede ser necesario realizar una prueba de PCR en laboratorio para confirmar el diagnóstico.
La PCR permite detectar el ADN viral del FeLV en el organismo del gato, proporcionando un diagnóstico más preciso, aunque el proceso será más lento.
¿Qué Puedo Hacer para Proteger a Mi Gato de la Leucemia Felina?
Para proteger a tu gato del FeLV, lo primero es realizar un test rápido para confirmar si el animal está infectado. Esta prueba proporciona resultados en minutos y permite establecer el plan de vacunación adecuado. Se recomienda hacer el test después del período de incubación del virus, que varía entre 30 y 60 días, para evitar falsos negativos.
Si convives con más gatos, es importante mantenerlos separados hasta realizar el test para evitar posibles contagios, evitando que compartan comederos, bebederos o juguetes.
Si el test resulta negativo, se puede proceder con la vacunación para prevenir infecciones futuras.
En el caso de un resultado positivo, será el veterinario quién decidirá la pauta vacunal según criterio y estado general del gato.
Las vacunas han demostrado ser eficaces para aumentar la inmunidad, reducir la replicación inicial del virus en caso de exposición y disminuir la probabilidad de que el virus permanezca en estado latente.
Funcionamiento de las Vacunas para la Leucemia Felina
Las vacunas contra la leucemia felina son recombinantes, lo que significa que no se crean a partir del virus completo. En su lugar, se generan en el laboratorio mediante técnicas que producen microorganismos que no causan la infección en sí. Estas vacunas pueden administrarse a partir de las 8 semanas de edad.
La vacuna contiene una cepa recombinante de un virus llamado canarypox, que se ha modificado para expresar genes del subtipo FeLV-A. En la naturaleza, este es el subtipo responsable de las infecciones en los gatos, por lo que al vacunarlos, se les prepara el sistema inmunitario específicamente para combatir el virus de la leucemia felina.
En el caso de gatas gestantes o en lactancia, se recomienda posponer la vacunación hasta después de esta etapa, ya que aún no existen estudios concluyentes sobre su seguridad en estas condiciones.
¿Puede mi gato infectarse de leucemia si está vacunado?
La respuesta es sí, vayamos a la explicación. Los últimos estudios arrojan que el estado de latencia (gato portador) se da en gatos vacunados y no vacunados, pues ninguna vacuna puede proteger al 100% la entrada del virus, su integración y una replicación escasa.
Pero, ¡Ojo! Si evitan la viremia y los síntomas producidos por esta, siendo necesario para una protección sólida y el mantenimiento de la inmunidad a largo plazo.
¿Cómo podemos ayudarte?
La leucemia felina es una enfermedad seria y compleja. Si sospechas que tu gato puede estar en riesgo o simplemente quieres asegurarte de que goza de buena salud, en Vet2Go te ofrecemos atención veterinaria directamente desde la comodidad de tu hogar.
Si quieres pedir una cita para tu peludo o solicitar una llamada gratuita con nuestros veterinarios para recibir más información, puedes hacerlo descargando nuestra app para Android, o nuestra app para iOS.