Qué es la Peritonitis Infecciosa Felina (PIF): Todo lo que Debes Saber
¿Qué es el PIF?
La Peritonitis Infecciosa Felina (PIF) es una enfermedad mortal causada por el Coronavirus Felino (FCoV). Aunque muchos gatos tienen este virus, solo algunos desarrollan PIF debido a una mutación en su cuerpo.
¿Cómo se contagia el coronavirus felino?
El contagio del PIF ocurre principalmente a través del contacto con las heces de gatos infectados. Esto es especialmente preocupante si varios gatos comparten areneros o espacios pequeños. El virus también puede encontrarse en saliva, ropa, telas y utensilios como comederos y bebederos.
Los gatos que viven en colonias, refugios o hogares con múltiples compañeros felinos tienen un mayor riesgo. Además, los gatos jóvenes (entre 6 meses y 2 años) y aquellos con sistemas inmunitarios debilitados son especialmente vulnerables.
Aunque el Coronavirus Felino tiene una alta tasa de contagio, su virulencia es baja, y la mayoría de los gatos infectados no desarrollan PIF. Sin embargo, el virus puede mutar dentro del cuerpo de un gato, permitiéndole atacar su sistema inmunitario.
¿Qué síntomas tiene el PIF?
El PIF es difícil de diagnosticar porque puede causar muchos síntomas diferentes. Hay dos formas principales de la enfermedad:
- Forma húmeda o efusiva : Se acumula líquido en el abdomen o el pecho, causando síntomas como anorexia, decaimiento, fiebre, inflamación de ganglios, abdomen péndulo, distensión abdominal, dificultad para defecar, diarrea y disnea.
- Forma seca o no efusiva: Los síntomas son más inespecíficos debido a que el avance de la enfermedad es algo más lento, se produce sobre todo inflamación y necrosis de órganos como riñones, ganglios, hígado, ojos o sistema nervioso. Dependiendo de los órganos afectados, puede haber síntomas como manchas en los ojos, problemas urinarios, pérdida de peso, ataxia e incoordinación.
¿Cómo Saber si Mi Gato Tiene PIF?
El diagnóstico de PIF no siempre es sencillo. Actualmente, no existen pruebas que distingan entre el coronavirus inofensivo y el que causa esta enfermedad. Los veterinarios suelen combinar diferentes métodos para llegar a una conclusión, como:
- Analítica general
- Ecografía abdominal: varias necesarias debido al avance rápido de la enfermedad.
- Test de Rivalta
- Cultivo de líquido buscando bacterias.
- Retinografía: observación del fondo del ojo.
¿Tiene Tratamiento la PIF?
Durante mucho tiempo, el PIF era casi imposible de tratar y solía tener un pronóstico muy desfavorable. Sin embargo, los avances en medicamentos antivirales han traído esperanza. Aunque no están disponibles en todos los países, algunos gatos han logrado recuperarse gracias a estos tratamientos.
Mientras tanto, el cuidado adecuado es esencial para mejorar la calidad de vida del gato. Proporcionar una dieta nutritiva, reducir el estrés en casa y realizar chequeos veterinarios frecuentes son medidas cruciales.
¿Se Puede Prevenir el PIF?
Aunque existe una vacuna intranasal en algunos países, como España, no es parte del protocolo de vacunación rutinario y su efectividad sigue siendo tema de debate.
Para minimizar los riesgos, es importante mantener una buena higiene:
- Limpia los areneros diariamente.
- Desinfecta los comederos y bebederos semanalmente.
- Aspirar regularmente los alrededores de los areneros.
- Evita la sobrepoblación en casa y realiza cuarentenas cuando integres nuevos gatos.
- Si tienes gatos de pelo largo, recortarles el pelo de la zona de las nalgas.
En hogares con varios gatos, utiliza varios areneros y reduce el estrés ambiental para ayudar a que los felinos mantengan un sistema inmunológico fuerte.
Cuidados Especiales para Gatos con PIF
Si tu gato ha sido diagnosticado con PIF, recuerda que su sistema inmunológico estará debilitado, por lo que deberás ofrecerle un ambiente cómodo y seguro.
- Evitar fuentes de estrés: Minimizar viajes, y la introducción de nuevos animales o personas en el hogar.
- Proporcionar una dieta rica y variada: Incluir proteínas y grasas completas para ayudar al gato a recuperar peso, evitando cambios drásticos en la dieta.
- Mantener un entorno tranquilo: Proveer un espacio fresco y con temperatura ambiental cómoda. En hogares con varios gatos, es ideal tener al gato enfermo en una habitación separada.
Es importante estar atento a posibles recaídas y monitorear de cerca a los gatos recuperados de PIF. Se recomienda realizar análisis periódicos para asegurar que todo va bien.
Estos gatos pueden desarrollar panleucopenia, lo que los hace más susceptibles a infecciones secundarias, fiebre y apatía, que pueden ir acompañadas de vómitos o diarrea. Si aparecen estos síntomas, es crucial acudir de inmediato al veterinario.
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Como mencionamos en los cuidados para gatos con PIF, es crucial evitar fuentes de estrés como los viajes y mantener un entorno tranquilo y cómodo. Con nuestras visitas a domicilio, tu peludo puede recibir atención médica en la seguridad y confort de tu hogar.
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